Victoria y Tegueste empataron a 12 en una luchada con dos fases diferenciadas y en las que la actuación de los hombres fuertes empobreció el espectáculo

Si la lucha hubiera acabado 7-7 y si no hubieran salido los puntales para matar el espectáculo, pues quizás se podría decir, que el choque que midió al Victoria y al Tegueste, tenía todos los ingredientes para ser uno de los mejores de los que se lleva disputado de temporada. Pero salieron los hombres fuertes, los que se supone que deciden luchadas, para aguarle la fiesta a los aficionados. No obstante, el resultado fue justo: 12-12, puesto que tanto victorieros como teguesteros acabaron igualados en todo, hasta en el miedo a ganar. Además, como buena tragicomedia, se sumó un actor secundario, el colegiado José Ángel Batista, que para resumirlo en un solo concepto, su actuación se puede calificar de nefasta (aunque no determinante en el resultado).

Los de Félix Brito no tuvieron su mejor noche, de eso no cabe duda. Menos mal que apareció la figura del destacado B Ismael Déniz para solucionar el desaguisado que se le había formado en las primeras sillas. Contaron con una desventaja de 1-4 y llegaron al ecuador sin que prácticamente nadie de la plana mayor teguestera hubiera salido a emparejar. Se las vio feas, pero un Déniz salvador; el guiñito de Batista echando por cuatro amonestaciones al visitante Adrián López con Santiago Arbelo, y un “trabajo sucio” bien hecho por los tres de arriba, bastaron para por lo menos no perder. Acaban cuartos y se cruzarán con el Guamasa en los cuartos de final. Ahora mismo del Victoria, no se sabe qué se puede esperar. Como dato estadístico, no ha conseguido ganarle a ninguno de los tres de arriba, lo máximo que ha sacado han sido tres empates (dos ante Tegueste y uno ante Tijarafe).

El “perdedor” moral del duelo fue el Tegueste. El empate en La Victoria deja casi sin valor el triunfo en el derbi ante el Rosario (pese a que dependen de sí mismos para acabar primeros, pero se la tendrán que jugar toda a una carta ante el Tijarafe, como locales). Los blanquiazules trabajaron bien en las primeras sillas, con detalles de calidad de Rubén Galván (¡qué dos caderas le metió a Jairo de la Paz!) y Argeo García, pero no bastó. La clave del equipo está en el destacado A Pedro Hernández, si él no tiene el día, el panorama se pone negro. No hay que darle más vueltas para explicárselo. Al puntal C, Efraín Perera, lo prefieren para eliminarse (cuando está demostrado que si sale a tumbar, es capaz de hacerlo) y el puntal A, Añaterve Abreu, está de los nervios. En el terrero victoriero, le tocaba a él decidir y sucedió lo de casi siempre: le pudo la presión y se atrabancó. Estuvo a punto de caer con Ismael Déniz y con Álvaro, en el cruce decisivo, la precipitación casi lo lleva a tierra. Ahora les toca jugársela con los de Santa Úrsula.

Mención especial merece la actuación del árbitro de la contienda. Batista, haciendo un balance general, tiene dos aspectos positivos y otros dos negativos. Comenzando por lo bueno: primero, es un colegiado que siempre mantiene la calma, no da síntomas de alteración; segundo, es justo, porque se equivoca igual para ambos bandos (tiene la sana costumbre de la compensación).

Sin embargo, los aspectos negativos son más llamativos. El primero, es “fácilmente” influenciable y los luchadores lo saben. En lo que lo aprietan un poco con protestas o comentarios, cede, y más tarde o más temprano, la arma. Y segundo, cuando un árbitro no pita lo que ve, porque está en un terrero complicado y con dos equipos “grandes”, pierde la esencia de su función y no se lo puede permitir.

Si Batista no vio que el destacado A del Victoria Raúl González estaba metiendo la cabeza en el hombro del destacado A visitante Pedro Hernández o la mano a la paletilla (que por cierto, hasta el cabrito que rifaban, que estaba en el carro de la compra, balaba pidiendo la amonestación: ¡»Beeee»!); si no vio cómo Añaterve Abreu se cambiaba mal a lo zurdo con Álvaro Déniz (dejando los dos brazos por dentro) o cómo rehuía la brega (las marcas sobre la arena de las pisadas del puntal blanquiazul arrastrándose hacia afuera eran públicas y notorias); entonces es que algo falla. Algo no va bien.

En lo que al desarrollo de la luchada se refiere, pues arrancó con un vendaval blanquiazul en las primeras sillas. Así, Rubén Galván fue capaz de quitar a un combativo David Luis, tras darle la primera de cadera y separarse en la segunda (0-1). Sorprendió José Manuel Rodríguez (otro de los luchadores que va en progresión) al local Juan Pedro León, al que quitó después de que en la primera contreara un intento de garabato, partiéndolo hacia delante con la palmada, y separándose en la segunda (0-2). Cristian Galván pudo con Ángel Navarro en la tercera (garabato), después de darle la primera (cango con toque para atrás) y caer en la segunda (cogida de muslo) (0-3).

No empezó bien la segunda ronda para los victorieros, puesto que Rubén Galván dejó fuera de brega al destacado C Jairo de la Paz, con dos caderas de tronío (0-4). Se encendieron las alarmas en el bando verdiblanco, pero el C Lino Quintero llegó para darle las dos seguidas a José Manuel Rodríguez, con sendos toques para atrás (1-4). Después fue el C Shane Hernández, el que tiró en las dos a Cristian Galván, por cogida de muslo con levantada, en la primera, y cogida de corva, en la segunda (2-4).

Emparejó las cosas Félix Brito, sacando a silla al destacado B Ismael Déniz. El grancanario hizo valer su mayor experiencia ante Rubén Galván y le dio las dos con un toque por dentro (la primera) y vacío, en la segunda. De igual forma, Lino Quintero se deshizo (con más facilidad de la prevista) de Kilian Domínguez, tirándolo en las dos, en la primera, por un buen cango de izquierda (4-4). Seguidamente, se midieron dos estilistas, Shane Hernández y Argeo García. Pese a que el victoriero dio primero (garabato), el teguestero demostró su buen estado de forma, remontando por pardelera y atravesada, en la segunda y en la tercera (5-5).

Anteriormente, Ismael Déniz también pudo con Abián González, con toque para atrás, en la primera, y vacío, en la segunda (5-4). El otro destacado B Fermín Rocha (cuyo rendimiento está siendo cuestionado en los mentideros) no pudo pasar de la eliminada con el libre Jonathan Pérez (que se alineó con el Tegueste, aunque es el hombre fuerte del Universidad en Tercera). En la primera, Pérez llevó a tierra a Rocha con un garabato, como contra de garabato. En la segunda, el del Victoria tiró de potencia para derribar por cadera el blanquiazul, y en la tercera, se separaron (6-6). Lino Quintero y el C visitante Rucadén González completaron dos separadas tensas, a la par que intensas, y se llegó al 7-7.

Hasta aquí todo transcurría (más o menos) como se esperaba. Se alternaron buenas agarradas, con otras menos vistosas, pero, como se suele decir, no pintaba mal la cosa (¡Y todavía quedan los puntales!). Hizo el 8-7 para los locales, Santiago Arbelo, que continuó en brega (sin mover una mano) al acumular cuatro amonestaciones el destacado B visitante, Adrián López (que al igual que su rival no movió una mano), en la segunda agarrada, con la primera separada. Ismael Déniz continuó a la suyo y logró remontar el susto que le dio Argeo García en la primera (con unos buenos traspiés). El grancanario hizo dos buenas caderas en la segunda y en la tercera para quitar al teguestero (9-7).

Le tocaba el turno a los puntales C de ambos conjuntos, Fabián Rocha (Victoria) y Efraín Perera. Todavía el público se pregunta si se presentaron. Dos separadas (con el agradecimiento de fotógrafos y cámaras) (10-8).

A continuación, el destacado A del Tegueste, Pedro Hernández, no dudó en “sacar a pasear” sus garabatos, para dar en tierra con Santiago Arbelo (10-9). Se acabó el periplo de Ismael Déniz, que cayó en la siguiente, con el puntal A blanquiazul, Añaterve Abreu. El del Victoria le dio la primera, al hacerle un vacío, cuando Abreu lo estaba tocando para atrás (se trastabilló y cayó solo). Reaccionó bien en la segunda y en la tercera, con dos levantadas y caderas de izquierdas (10-10).

Depositó todas las esperanzas el cuadro teguestero en que Pedro Hernández pudiera tirar al destacado A del Victoria, Raúl González. No pudo ser. Ambos luchadores sellaron dos separadas de esas feas, sin luchas, donde no lograron sacarse de posición, y en las que a nadie le hubiera extrañado que González fuera amonestado por la cabeza o por el brazo en la paletilla. Hernández tampoco logró hacer una clara y todo quedó por decidir en la última (11-11).

Allí se encontraron el puntal A del Victoria, Álvaro Déniz, y Añaterve Abreu. Cuajaron dos agarradas marcadas por el inminente miedo a caer, sobre todo del visitante, que no atinó a pasarse bien a lo zurdo (mantuvo los dos brazos por dentro), se trastabilló en la segunda y Déniz casi se encuentra con “el regalito” (estaba tan concentrado en no moverse lo más mínimo que no se percató de que podía tirar al de enfrente) y la “clamorosa” rehuida de brega del blanquiazul, que Batista (por supuesto) no amonestó. Dos separadas, más meritorias para el de Moya, que se está especializando en lo de eliminarse.

No obstante, el espectáculo estaba en las gradas, cuando a falta de 30 segundos para que acabase la segunda, una notable afluencia de público comenzó a enfilar la salida del terrero (ni esperanza de que se tirasen había). Eso sí, el cabrito que sorteaban, encerrado en el carro de la compra, las vio completas… ¡y miren que baló el pobre animal para irse antes!

ESTE SABADO 1 DE FEBRERO NOS ENFRENTAMOS AL C.L.TIJARAFE A PARTIR DE LAS 19:30 HORAS CON PRELIMINARES DE CADETES Y JUVENILES.

 EN ESTA LUCHA NOS JUGAMOS EL 1º PUESTO EN LA FASE REGULAR DE LA LIGA, POR LO QUE NOS GUSTARIA CONTAR CON EL MAYOR APOYO POSIBLE DE AFICIONADOS. ¡¡¡¡VAMOS EQUIPO!!!!