Los teguesterosCLTeguesteDibujo se llevaron el derbi ante el Rosario, por segunda vez esta temporada y continúan en lo más alto de la tabla clasificatoria de la Liga Insular de Primera Categoría

Definitivamente, Valle de Guerra es territorio blanquiazul. El Tegueste se impuso con rotundidad en su visita al “eterno rival”, el Rosario, por 10-12, en una luchada que controló desde el inicio, merced a su superioridad en las primeras sillas, y al trabajo de la media, que hizo los deberes, dejando solo al puntal A vallero, Marcos Ledesma, desde muy pronto. La entidad que preside Marcos Galván ha vencido en los dos choques de la presente campaña (ha coincidido que han sido a domicilio), y ya acumula una buena serie de victoria frente a los de Valle de Guerra.

Este resultado, permite a los blanquiazules continuar como colíderes (junto con el Victoria), toda vez han saldado con triunfo los cuatro enfrentamientos que han disputado hasta la fecha. Los rojillos, por su parte, encadenan dos derrotas consecutivas, y no terminan de coger la regularidad necesaria para meterse entre los de arriba.

Como dato meramente extradeportivo, hay que reseñar la total falta de ambiente, teniendo en cuenta lo que históricamente han sido los enfrentamientos entre valleros y teguesteros. Señal inequívoca de que la falta de interés por la competición luchística este año, está siendo palpable. No es cuestión de buscar porqués o culpables, hay que aportar soluciones, pero si en un Rosario-Tegueste no hay pulso en la grada, es que hay algo que está fallando.

En lo que al planteamiento de los locales se refiere, el mandador Juan Luis Santana no puede hacer milagros. Cuenta con los luchadores que cuenta (sin más), y aunque es cierto que algunos no aportan lo que se les espera, no parece haber tensión competitiva (mal síntoma).

El destacado B, Joshua Marrero “El Peto” (tiró a Rucadén González y se fue lucha a lucha con Cristian Galván), cayó anticipadamente ante el B visitante, Adrián López (tronchada y contra de sacón) (el de Barranco Hondo ha sido el mejor de su equipo hasta ahora, pero mantener el ritmo de tirar cuatro o cinco luchadores es bastante difícil); a lo que hay que sumar que Antonio de Ganzo no pudo pasar del destacado D Mahamadou Cámara, con el que se separó las dos. Además, Pedro Gutiérrez se separó en la tercera ante Argeo García.

Con 1-5, ya tuvo que salir a escena el puntal A, Marcos Ledesma, a quien se le ve más adaptado a su peso, más suelto y dejando buenas sensaciones. El vallero hizo cinco puntos (que se dice pronto) ante José Manuel Rodríguez; Sandro Ramos; Adrián López; al destacado C Eusebio Jorge y al puntal C teguestero Pedro Hernández (separada en la primera y sacón en la segunda a falta de once segundos). Cuando llegó al duelo con el otro puntal C, Óliver Gil, ya no estaba fresco y poco pudo hacer para entrarle a su rival. Dos separadas y los puntos que volaron del terrero José Gutiérrez “Chaval I”.

En el vestuario que lidera Nacho Ramos, el optimismo y la confianza irradian en por todas partes. Si las previsiones se cumplen (y el Guamasa de Ayoze Reyes y compañía lo permiten); los teguesteros se pueden comer el turrón (al menos el de Nochebuena y Navidad), con un balance de sobresaliente, puesto que han ganado en todas las luchadas oficiales, sólo cayendo ante el Maxorata, en la “extinta” Liga Regional. Buenas perspectivas y mejores sensaciones.

Ante los valleros, el planteamiento se volvió a sustentar en la cola. El trío formado por Sandro Ramos (dio en tierra con Jacob González y Nauzet Martín), José Manuel Rodríguez (pudo con David Fernandez y Jorge López) y Rucadén González (que tiró a David del Castillo), puso la luchada en un 1-5, que obligó al rival a sacar a los tanques.

Además, en la media, brilló la figura de Adrián López (le hacía falta una luchada en la que coger protagonismo), que le dio las dos seguidas a “El Peto”, lo que terminó de romper el esquema de los locales. Los destacados C, Juan Jesús Jorge y Eusebio Jorge, hicieron sus respectivos puntos ante Airam Sosa y Miguel Rodríguez, contribuyendo a allanar el camino hacia la victoria.