rabo1El Ayuntamiento de la Villa y la Asociación Desaplántate llevan a cabo en los diferentes colegios del municipio unas Jornadas de Concienciación Medioambiental y Voluntariado relacionadas con las especies invasoras.

El Ayuntamiento de Tegueste, a través del área de Medio Ambiente que dirige el concejal Juan Antonio Romero Santos; y la Asociación Desaplatánate, están llevando a cabo en los diferentes colegios del municipio unas Jornadas de Concienciación Medioambiental y Voluntariado relacionadas con las especies invasoras.

Estos talleres, según explica el concejal, “son una oportunidad para seguir trabajando con los alumnos y alumnas de primaria y conseguir un aprendizaje teórico -práctico sobre la problemática de las especies invasoras de las islas y sus implicaciones para la importante biodiversidad del territorio”.

En este sentido, una de las actividades que se han llevado a cabo con los y las alumnas de la Villa fue una actuación para erradicar el rabo de gato. Concretamente, escolares de 4º, 5º y 6º del CEIP Francisca Santos Melián recibieron una charla y, posteriormente, llevaron a cabo una actuación práctica en los alrededores del colegio dónde los alumnos y alumnas aprendieron los pasos para la correcta eliminación del Rabo de Gato.rabo2

Como en otras ocasiones, la Corporación lleva a cabo campañas de erradicación de esta planta exótica cuya expansión causa gran preocupación en la isla.

El “pennisetum setaceum” es una planta exótica de la familia de las gramíneas originaria de África nororiental y Asia occidental que se ha difundido por el resto del planeta. Fue introducida en la década de los años 60 en Canarias como planta ornamental y el principal problema es que desplaza a la vegetación propia, algo que genera los consiguientes perjuicios, sobre todo en los espacios protegidos donde se hace necesario incrementar el esfuerzo de conservación.

El rabo de gato se localiza principalmente en los márgenes de carreteras, cauces de barrancos y en terrenos que hayan sido removidos. Su expansión ha causado preocupación, no sólo por su potencial peligro para la vegetación autóctona sino también por su agresividad con los cultivos, especialmente con los viñedos.